Evitar un concurso de acreedores es algo más sencillo de lo que pueda parecer si se ponen en práctica las medidas preventivas necesarias. Incluso, si fallan algunas de estas medidas (o se ha llegado a puntos que parecen insostenibles sin haberlas tenido en cuenta), podremos salvar la empresa.

Los puntos más urgentes en este objetivo serán la planificación y el asesoramiento de un abogado experto en derecho mercantil con experiencia en concurso de acreedores. Gracias a ambos podrá tener una empresa próspera que goce de buena salud financiera.

Definición de concurso de acreedores

El concurso de acreedores se trata de un proceso legal creado para que las empresas en situación de insolvencia puedan hacer frente a sus deudas. Aunque el objetivo es la salvación de la empresa y su continuidad, es un proceso que debe ser evitado en la medida de lo posible y es relativamente fácil con el asesoramiento adecuado.

Medidas preventivas

La planificación financiera y de las estrategias para situaciones de crisis son las dos herramientas más valiosas para evitar un concurso de acreedores. Al anticipar desde las épocas de bonanza tiempos que quizás vayan a ser más complicados haremos más viable la supervivencia de la compañía. Sin embargo, es importante señalar que estas medidas deben ser puestas a funcionar en ese momento en el que la empresa va bien.

Análisis financiero

Ser consciente de la situación financiera real de la compañía en todo momento es vital para su buen funcionamiento, así como para evitar un concurso. Al realizar un análisis financiero exhaustivo se encontrarán los puntos débiles de la empresa, dando margen para reforzarlos. De esta manera, las decisiones podrán tomarse con mayor conocimiento.

Planificación financiera a largo plazo

Analizar la situación actual también facilitará la planificación a largo plazo, marcando metas financieras claras. De esta manera, se valorarán los ingresos y gastos esperados, dando la oportunidad de crear los márgenes necesarios para la creación de un fondo de emergencia.

Cuando todo va bien, es normal querer que siempre vaya a ser así. Pero es importante hacerse consciente de que existe la posibilidad de que algo cambie. Para ello, hay que estar preparado. Contar con una reserva de emergencia es trascendental para poder abordar cualquier tipo de situación adversa o imprevisto.

Además, esta planificación ayudará a identificar más rápidamente desviaciones, facilitando la toma de decisiones.

Control de gastos

Mantener un presupuesto realista y adaptarlo a cada momento a la empresa es primordial para mantener el negocio a flote y evitar situaciones de emergencia que fácilmente se podrían evitar. Reajustar a tiempo puede hacer que podamos evitar un concurso.

Diversificación de ingresos y gastos

Algunas compañías caen en concurso de acreedores, no porque les vaya mal, sino porque a sus clientes les va mal y no pagan. Esto se traduce en una falta de liquidez que puede hacer que su empresa no llegue a tiempo a pagar a sus acreedores. Por este motivo, siempre es recomendable intentar diversificar las fuentes de ingresos. Aunque puede ser interesante tener a clientes muy potentes que reporten una notable cantidad de manera periódica, la empresa no debería depender demasiado de ello. Ya que, si ese cliente falla, el concurso de acreedores podría estar más cerca de lo esperado.

La misma línea se comparte con los proveedores. Depender solo de un proveedor, hace que el riesgo aumente significativamente, pudiendo tener problemas en la producción. Diversificar disminuirá los riesgos de vernos en situaciones catastróficas

Soluciones en crisis

Es posible que no haya tenido en cuenta las medidas preventivas y su empresa ya se vea en una situación económica comprometida. O incluso que, aún habiendo puesto a funcionar las medidas preventivas, no hayan sido suficientes para evitar una situación de deuda.

En este caso, existen una serie de opciones más antes de vernos obligados a declararnos en concurso de acreedores.

Renegociación de deudas

Ante los problemas de liquidez, siempre va a ser más recomendable poder hablar directamente con los acreedores y renegociar el pago. Si es posible hacer esta renegociación de manera amigable y extrajudicial, será mejor para ambas partes.

Gestión efectiva de las deudas

Cuando la empresa se encuentra en una situación de crisis financiera y las deudas se empiezan a acumular, tener la mente fría y gestionar de manera efectiva se vuelve vital para la continuidad de la compañía. Esto es, aunque tengamos liquidez para pagar a nuestros acreedores, no será adecuado hacerlo si eso hace que la producción pare. La efectividad y la supervivencia de la empresa debe ser la prioridad.

Implementación de medidas de ahorro

Será necesario mirar con lupa todos los gastos de la empresa y ver cuáles son aquellos de los que se puede prescindir, al menos en esta situación de crisis. Una vez la empresa vuelva a estar estable, podrán recuperarse.

Adopción de medidas de reestructuración

En la misma línea, las situaciones extremas van a necesitar tomas de decisiones extremas. Hay muchas ocasiones en las que una fuerte reestructuración de la empresa es la única manera de poder salvarla de un concurso de acreedores. Eliminación de puestos de trabajo no esenciales o la venta de activos que tampoco lo sean puede ser necesario. Estos pasos deben darse con un profesional que pueda marcar el camino a seguir.

En conclusión, evitar un concurso de acreedores puede ser una tarea relativamente sencilla con los profesionales adecuados. Será necesario un equilibrio entre la planificación financiera, toma de decisiones efectiva y capacidad de adaptación continua. Nuestro equipo de abogados expertos en derecho mercantil está a su disposición para evitar un concurso de acreedores.

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Ramón Rodríguez Arribas