El abogado penalista es un profesional especializado en este campo del derecho con un perfil muy particular. El trabajo en cada uno de los casos penales requiere de conocimientos técnicos y de inteligencia emocional. Ya sea ante un tribunal, los medios de comunicación o los propios ciudadanos, el profesional debe mantener la firmeza y la convicción en su estrategia penal.

El abogado penalista y la opinión pública

Un especialista en Derecho penal cumple un rol fundamental en el Estado de Derecho: garantizar la legítima defensa a todos los ciudadanos. La presunción de inocencia prevalece hasta el último momento de un procedimiento penal. Son los abogados especializados en este ámbito quienes desempeñan su labor por los intereses de sus clientes: ya sea para lograr la libertad o para disminuir las penas. Es un trabajo arduo, meticuloso y, con frecuencia, muy criticado.

Cuando el representado es la víctima, el abogado penalista es visto por la sociedad con mejores ojos. Sin embargo, cuando ejerce la defensa de un acusado de delito penal como homicidio, violación, pedofilia, suele ser juzgado por la opinión pública junto a su cliente. Un hecho que se afianza más aún con la difusión de los casos más resonantes por los medios masivos de comunicación.

El perfil del abogado penalista

Un buen abogado tiene la vocación de servicio jurídico y dedica su vida profesional a perfeccionar sus aptitudes y actualizar sus conocimientos. En el caso del abogado penalista existen cualidades básicas que lo convierten en un profesional idóneo para resolver los casos más complejos.

Gestión de las emociones

Un asesor en cuestiones legales penales debe tener la capacidad de gestionar las emociones de manera asertiva. A diario, está expuesto a confrontaciones y juzgamientos que van más allá de lo jurídico. La ansiedad de los clientes, la desesperación de los familiares, las críticas de conocidos y desconocidos que visualizan al ‘criminal’ y al abogado como una misma persona. Diferentes circunstancias estresantes que deben dominar para no caer en la frustración.

El abogado penalista defiende los intereses de su cliente, para lo que necesita mantener frialdad. No existe la alternativa de identificarse con la víctima ni de permitir que los sentimientos interfieran en las estrategias. La única misión es hacer uso de las leyes para lograr el mejor resultado para su representado.

Habilidades de comunicación

Otra cualidad de este tipo de profesionales jurídicos es su capacidad de comunicar y de persuadir. Una buena oratoria puede cambiar el rumbo de una sentencia, e incluso la opinión del público. Además de utilizar un vocabulario claro, se basa en discursos argumentativos tendientes a mejorar la imagen de su cliente.

Esta habilidad hace que tenga la velocidad de convertir cualquier texto o pregunta en un argumento a favor. El dominio del lenguaje es, sin dudas, una de sus grandes herramientas. Del mismo modo, utiliza esta cualidad para preparar a su propio cliente antes de un juicio o hablar ante un medio informativo.

La negociación: pilar del abogado penalista

El poder de negociación del abogado penalista es un factor determinante en ciertos casos. La posibilidad de crear acuerdos con la otra parte evita largos juicios y, en ocasiones, sentencias más duras para su cliente.

Esta capacidad negociadora también la utiliza ante los jueces con el fin de obtener beneficios para su representados. Disminución de pena, prisión domiciliaria, excarcelaciones, pueden depender de la negociación del abogado penalista.

Especialización y actualización

Los abogados que actúan en el ámbito penal son profesionales especializados en el Derecho Penal. A su vez, es muy común que tengan subespecializaciones en diferentes ramas del derecho penal. Estos letrados se mantienen en actividad formativa constante mediante cursos, maestrías, congresos, etc.

Esta permanente formación le permite estar actualizado en la jurisprudencia penal, las doctrinas y las normativas vigentes. Además, facilita su dinámica laboral en cuanto a la documentación necesaria para cada caso.

El liderazgo

Un profesional carismático tiene mayores posibilidades de conseguir un resultado exitoso. Su labor requiere de la intervención de otros actores que responden con mayor efectividad ante un líder respetado. Investigadores, peritos, forenses, testigos y muchos otros, son expertos necesarios para crear una estrategia penal sólida.

Por otro lado, cuando se trata de casos penales que involucran personalidades públicas o que son resonantes por sí mismos, la empatía del abogado es fundamental. Deberá responder en representación de su cliente en diferentes medios digitales, radiales o televisivos, la imagen que proyecte influye en la percepción que la opinión pública tendrá del caso concreto, y por extensión del personaje.

Organización y paciencia

Cada caso necesita de tiempo dedicado, búsqueda de información, documentación, pruebas, alegatos, etc. El abogado penalista es un profesional que lleva una agenda muy detallada y organizada. Esto facilita la dedicación necesaria a cada cliente y situación específica.

Es decir, se requiere una organización documental, pero también del tiempo de gestión para cada actividad. Por otro lado, las resoluciones no siempre se presentan en el tiempo esperado. La paciencia juega aquí un papel preponderante para sí y para transmitir a los interesados.

Convicción

El letrado penalista exitoso es firme en sus convicciones y con esta base actúa ante el resto. Si cree en su estrategia y tiene la firmeza necesaria, los resultados son más fáciles de lograr. Ante una primera respuesta negativa, el abogado penalista no se rinde.

Por difícil que se presente el caso o el juicio, irá hasta el final cuando lo crea conveniente. Para esto es fundamental que sus clientes tengan la confianza necesaria en sus abogados.

El sistema penalista en España

España ocupa el puesto número 20 en el ranking de Rule of Law Index 2019 dentro de un total de 126 países. En esta lista se eligen los Estados con un Sistema Penal justo e imparcial y el lugar es más que importante. Esto significa que los abogados penalistas hacen un trabajo prestigioso dentro del sistema judicial.

La Constitución Española, el Derecho Penal, la Declaración Universal de los Derechos Humanos son bases jurídicas del trabajo de un abogado penalista. Los medios, los colegas y el resto de los ciudadanos deben comprender que es un trabajo necesario para garantizar el Estado de Derecho.

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Ramón Rodríguez Arribas